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  • Foto del escritorPedro García Muñoz

Las Montoneras realistas en San José (I).

La idea de despoblar San José de la Mariquina que O'Higgins desechó en 1821.

La historia de las montoneras realistas, guerra de guerrillas en el sur de Chile luego de la batalla de Maipú, casi siempre ha ido unida a la idea de aquellas que se levantaron en Concepción o Chillán, y que ha relatado Benjamín Vicuña Mackenna en su obra "La Guerra a muerte", o Fernando Campos Harriet en su texto "Los Defensores del Rey", asociadas a las tropelías de Vicente Benavides o a Los Pincheiras. Esa lógica de resistencia y defensa de la figura del Rey ocurrió también en San José de la Mariquina, y se tornó un problema para las nuevas autoridades de Valdivia y particularmente para Cayetano Letelier, el nuevo Gobernador nombrado por O'Higgins en reemplazo de Jorge Beauchef en marzo de 1820.

A comienzos del otoño de 1820, el nuevo Gobernador de Valdivia, cursaba río arriba por el Cruces en una embarcación guiada por un patrón de lancha con experiencia y de su confianza, luego de una hora, se observaba ya, a los lejos, la silueta del antiguo fuerte Cruces; había decidido inspeccionar personalmente la antigua fortaleza y conocer los informes sobre los posibles alzamientos en contra de las nuevas autoridades urdidos en las misiones de Mariquina y Nanihue. Su primera labor en esa zona fue levantar un inventario detallado de los pertrechos militares existentes, detalle que fuera informado luego al Director Supremo. Luego de la toma de Valdivia, la misión de San José había cobijado a un grupo de ex soldados del ejército real, capitanes de amigos y vecinos que se mantuvieron leales a la causa del Rey, los que esperanzados en los refuerzos que habría de enviar el Virrey de Lima, se levantaron en armas ayudados por los Caciques de Mariquina y Nanihue, su articulador fue el misionero franciscano a cargo de la Misión, del que hablaremos después.

La resistencia realista definió, que estratégicamente la única posibilidad de alcanzar una paridad militar con las fuerzas independentistas, estaba en concentrar efectivos en torno de la Frontera del Bío Bio y establecer alianzas con ciertos lonkos y ulmenes a objeto de detener el avance independentista desde el norte, y de paso ganando tiempo para atacar Valdivia en un movimiento de tenaza, uno de cuyos brazos provendría desde Chiloé y el otro desde la frontera sur del territorio mapuche, es decir desde los rehues y lov cercanos a la misión de la San José de la Mariquina.

En marzo de 1820, antes de la la llegada de Letelier, las actividades de los llamados "facciosos" obligaron al desplazamiento del Lengua General, Bernardo Montesinos Flandes, pero su comitiva fue emboscada cerca del Castillo a mediados de mayo de 1820 y, en un duro ataque, éste y algunos de sus ayudantes fueron muertos, otros heridos y hechos prisioneros. La acción tenía por objeto evitar que Montesinos parlamentara con los caciques de la zona en nombre del gobierno de la patria, para desvanecer la falta idea que el nuevo gobierno pretendía quitar sus posesiones y apresarlos. Inmediatamente de este hecho, el Castillo fue asaltado, destruyéndose su artillería, sustrayéndose todas sus armas y municiones, las que fueron llevadas a la Misión de San José.

La acción fue dirigida por Juan Carvallo, Camilo Figueroa y Andrés Palacios, antiguos soldados del Batallón Real de Valdivia, los primeros, habían participado en la Batalla de Maipú, y luego de una larga travesía, regresaron a la zona. La actividad proselitista estuvo a cargo del Fraile español Salvador Razela, de la misión de Mariquina. Sus prédicas consideradas subversivas, así como los hechos que causaron la muerte del Lengua General Bernardo Mortecinos, fueron objeto de indagación judicial ordenada por Letelier.

El Gobernador envió un escuadrón con sus mejores hombres (a cargo de Pedro Alemparte y Salvador Torrealba) para la captura de los cabecillas, operación llevada a cabo el 25 de mayo de 1820, donde la casa misional fue asaltada capturando al Fraile, a Juan Carvallo y a Camilo Figueroa.

Dos procesos judiciales se iniciaron sobre todo estos hechos, que se guardan celosamente el Archivo Nacional, a cargo de una Comisión Investigadora en Valdivia. El primero contra el Fraile Franciscano Salvador Razela, y el otro, por la comunicaciones que personas de Valdivia tenían con los "facciosos".

El proceso criminal contra Razela se inició con la declaración de Ascensión García, importante mujer habitante del poblado de Cruces, en ese momento detenida en la cárcel de Valdivia. En su declaración, Ascensión García señaló haber escuchado prédicas y declaraciones de Salvador Razela contrarias a la independencia, sin embargo, las preguntas cruciales se refirieron a quiénes enviaban cartas y bultos desde Valdivia o desde el fuerte de Cruces. Fue una constante en ambos procesos, el que los declarantes identificaran a quienes emitieran opiniones contrarias al proceso independentista, y que afirmaron no saber respecto del envío de cartas o bultos.

No obstante y conforme el proceso avanzó, las declaraciones permiten ir configurando un interesante conjunto de informaciones relativas a la historia local. El segundo en declarar fue José Montecinos, quien indicó que el 03 de marzo de 1820 y comisionado por el gobernador acompañó al Lengua General hacia Nanigue, lugar en que fueron atacados por una montonera realista, uno de cuyos integrantes, un indio de apellido Durán, asesinó a Bernardo Montecinos. Luego, el 30 de abril, según sus declaraciones, consiguió escapar de San José de la Mariquina en compañía de Andrés Lizama, quien a su turno declaró haber escuchado conversaciones entre Camilo Figueroa y Salvador Razela, y cuyo tenor era la impaciente espera de la ayuda prometida por Vicente Benavides desde Arauco, pero que esa ayuda no había pasado, porque “Benancio tenía cortados los caminos”.

Andres Lizama identificó como sus captores a Juan Carvallo, Juan Vera, Domingo Vargas, Manuel Pardo, el “Cojo Utrilla”, había más pero no los reconoció. También señaló que al día siguiente de la avería al fuerte de Cruces, la montonera realista asesinó al lenguaraz general. Los integrantes de la montonera realista que Lizama identificó fueron: Camilo Figueroa, Andrés Palacios, Lucas Martínez, Juan de Dios Mera, Pedro Regalado (Jaramillo), y los “chapetones”, que Salvador Razela mantenía ocultos en la misión de San José de la Mariquina. Lizama también señaló que la resistencia realista, con posterioridad al ataque a la misión de San José, se había reconcentrado en Nanigue.

Las sospechas de la Comisión respecto de la delicada situación en que se hallaba Valdivia, empezaron a comprobarse a mediados de 1820, cuando prestó declaraciones el soldado realista Lucas Martínez, quien declaró que los pertrechos capturados en Cruces se utilizarían para atacar Valdivia con una fuerza compuesta por mapuches provenientes de Nanigue y de Quilquén, lugar cercano al actual aeródromo de Pichoi, en que el asesino de Bernardo Montecinos andaba acompañado de Julián, Melchor y Gervasio Jaramillo, y que Andrés Palacios se hacía acompañar del indio Neicul (Francisco Velásquez Necul) y otros mapuches, quien visitaba a Juana Portales (Var. Velásquez), mujer residente en Cruces. (Viuda de Francisco García)

De las declaraciones trascendentes como información, con fecha 19 de mayo de 1820, lo aseverado por Camilo Figueroa, oficial realista, terminó por convencer a la Comisión investigadora sobre el calado de la resistencia. Aparte de señalar que Juan Carvallo ordenó la muerte de Bernardo Montecinos, agregó que los mapuche de San José, Guenchupulli, Cheique, Lanco, Catrico, Pelecahui, Quitratúe, Pitrufquén, y Donguil, eran proclives al asalto y destrucción de Valdivia. En otras palabras, militarmente, Valdivia estaba rodeada. ¿Por qué los mapuche de esos rehues y lov, eran contrarios a la independencia de España? Una posible respuesta a esa interrogante provino de las declaraciones de los lonkos y ulmenes de Nanigue, testimonio posterior a la declaración de Salvador Razela.

Con fecha 24 de julio de 1820, los lonkos y ulmenes de Nanigue, señalaron que estaban dispuestos al ataque contra Valdivia, porque el padre Razela los había convencido de que los independentistas les quitarían sus tierras, los arrojarían al otro lado de la cordillera, y que si se alzaban recibirían ayuda desde Chiloé y Lima.

Durante julio de 1820 se produjeron los careos entre Razela, Camilo Figueroa, Lucas Martínez, Pedro Jaramillo, y los lonkos de Nanigue. Según las declaraciones de testigos, los mapuche de Nanigue, serían los aliados más cercanos del dispositivo realista. José Montecinos confirmó que fue hecho prisionero, y que durante su cautiverio en dependencias de la misión de San José de la Mariquina, habitualmente divisó a un militar apellidado Casado, a otro de apellido Risco, a Bernardo Peña, José María Pineda, Camilo Figueroa, Salvador Razela, Andrés Silva, Andrés Palacios, Pedro Regalado (Jaramillo), y a Juan de Dios Mera.

Los montoneros realista de Mariquina y Cruces fueron un dolor de cabeza que sólo concluyó en 1822, entre tanto, la propuesta del Gobernador Letelier fue la de trasladar a todos los habitantes de San José, porque su condición de realistas sublevados no ameritaba otra medida, misma idea que esbozó Jorge Beauchef; sin embargo, las instrucciones del Director Supremo Bernardo O`Higgins fueron otras, eran aprehender a los cabecillas únicamente y proceder sumariamente. Los demás fueron indultados.

La historiografía local no ha precisado todos estos hechos, y parece más conocido el asalto al Castillo efectuado en 1822 donde murió el Comandante Leandro Uribe, donde tuvo participación Andrés Palacios, pero, como hemos visto, los hechos de sangre y de guerra fueron varios, diversos y previos a este último, cuyos detalles relataremos más adelante.



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